Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

lunes, 28 de marzo de 2011

Sobre una trilogía



Circunstancias ajenas a mi voluntad me han mantenido alejado de toda actividad durante las dos últimas semanas. Publico la presente entrada tal como estaba preparada el pasado día 15. Visitaré apartir de hoy todos vuestros blogs, aunque de momento no prometo comentario.
Perdón por el alejamiento y muchas gracias

Considero concedido el permiso de Pedro Ojeda y la comprensión y paciencia de cuantos visitan El Alfoz cuando comienzo a escribir este diálogo. Las preguntas -de escaso valor- son del mantenedor del blog. Las respuestas, sacadas literalmente de entradas, opiniones o entrevistas del profesor Ojeda.

Al dar a este resumen la forma de entrevista el propósito es refundir en un solo espacio su orientación referencias y aclaraciones a la trilogía dantesca de Esquivias en el momento en que la lectura colectiva está próxima a terminar.

- Profesor: Parece que en esta segunda lectura colectiva hay, como diría…menos cohesión.

- Tengo conocimiento de cierta polémica que se ha puesto en evidencia en foros de Internet sobre la novela, en la que se manifiesta la decepción de algunos lectores porque el autor no decidiera continuar la trama argumental de las dos primeras

- O sea, que no lleva el esquema de Harry Potter.

- Exigir que una trilogía sea sólo continuación del argumento inicialmente planteado, pone de manifiesto, sin que esta afirmación tenga la intención de ofender a nadie, la lectura fácil a la que ha habituado el tipo de literatura de consumo masivo que sólo aporta al lector el mero placer de la lectura directa. Necesaria, por supuesto, y gozosa, pero insuficiente.

- Volviendo al inicio: esta lectura, es trilogía, o no es trilogía.

- En primer lugar, cabe señalar que entender el concepto de trilogía sólo desde el punto de vista argumental es un empobrecimiento de la materia artística. Además, quien compra un libro de una obra en curso de publicación no firma un contrato con el autor que obligue a éste. El buen lector sabe que buena parte del placer viene dado por las sorpresas y giros introducidos por el autor en lo previsible.

- El lector admite sorpresas, pero como afirmas, las que se encuentra. ¿Son realmente previsibles?

- En la Trilogía dantesca de Esquivias encontraremos el plano de la ciudad de Burgos tratado de tres maneras: de forma realista en Inquietud en el paraíso, onírica en La ciudad del Gran Rey y recordado en Viene la noche.
Si prestamos atención a la primera, veremos en su tratamiento del espacio el mismo pulso de la gran literatura en el que se mezclan lo local y lo universal. El Paraíso del que habla el título hace referencia a un espacio simbólico (como en Dante), también a un espacio-tiempo (la juventud del protagonista) y, por supuesto, al latido de una ciudad de provincias de la España de la década de los treinta del siglo XX, como lo era Burgos.

- No es demasiado brusco el paso de la primera -realista- a la segunda –onírica.

- Del fuerte contraste que consigue Esquivias entre los sucesos históricos de 1936 y la alucinación colectiva que parece vivir toda una ciudad sale una evidencia: el mundo ha pasado a ser gobernado por la locura, por los extravagantes y los fanáticos iluminados, y nadie parece tener la oportunidad para frenar el derramamiento de sangre. Hay una lectura secundaria: cuando un colectivo -un grupo, una ciudad, un país- traspasa la raya de lo irracional, todas las secuencias siguientes lo impulsan por inercia hacia la locura puesto que aquellos que hablan desde la cordura son apartados o eliminados. Por eso mismo, el segundo volumen será el reino de la alucinación.

- De las opiniones recogidas, se puede deducir que el lector considera la obra inconexa, inacabada.

- Entiendo la frustración de los que esperaban saber exactamente qué pasaba con los expedicionarios de las dos primeras novelas cuando no se les ha dicho directamente su final. Pero alabo la osadía de Esquivias. En primer lugar, porque el final ya estaba escrito en la Historia y en las dos primeras partes. En segundo lugar, porque ha enriquecido la trilogía. A pesar de lo que he dicho hasta ahora, ha de advertirse a los que se han sentido decepcionados por este cambio, que Esquivias sí concluye la trilogía. Y lo hace de forma magistral: el infierno es un mundo contemporáneo en el que las certezas se han perdido, el sistema surgido tras una guerra declarada para afirmar una u otra ideología como verdad se ha derrumbado y cada uno debe pactar consigo mismo.
Además, Viene la noche, aunque no fuera la tercera parte de una trilogía, es una gran novela. Una de las mejores novelas publicadas en español en los últimos años. Y tiene muchas posibilidades de lectura.

Gracias maestro, esperamos que, utilizando un término policial –que no es el caso- hayamos contribuido de alguna manera al esclarecimiento de los hechos.

jueves, 10 de marzo de 2011

Viene la noche



- Es Miércoles de Ceniza. Tras la “Batalla de don Carnal y doña Cuaresma” los pasillos de la facultad recuperan -en parte- su habitual aspecto. La clase de literatura comenzó, en previsión de posibles amnesias, con un repaso a los conceptos básicos impartidos a principio del segundo cuatrimestre.
 
“Por tanto, para abordar con cierto éxito un comentario de textos, además de la descripción del mismo es un elemento fundamental EL TEMA. El tema tiene que explicar el texto de forma breve, en una sola frase”.
 
- Cuando el profesor hizo ésta aclaración ya había concluido Inquietud en el Paraíso y La ciudad del Gran Rey andaba por la mitad; desde entonces vengo pensando, quizás sin mucho acierto, que es lo que encierran los títulos de la trilogía de Esquivias; si no serán ésta la explicación que el profesor demanda como elemento fundamental, o sea: el tema en forma breve.
  • Un paraíso perdido para algunos con la consiguiente inquietud.
  • Una ciudad caótica donde un poder superior hace y deshace a su antojo. 
- Me pregunto: ¿Encerrará Viene la noche la descripción del cierre de la trilogía? 
- Pero, no, el comienzo de la novela, aparece tan distante de tragedia y muerte (noche - símbolo), tan distante, como el salto de 70 años respecto de la narración anterior o la abismal diferencia entre una ciudad de provincia, (Burgos) y la capital del estado (Madrid).
 
- Al menos en las cien primeras páginas la sensación es de una narración centrada en la perfecta y completa descripción de personajes, sus vidas, virtudes y miserias:
La evolución de un joven en la persona de Jaime, los temores de Sara tras el 11-M, el trío Benjamín - Teresa - Clarita, la técnica de comunicar incumpliendo del poeta guerrillero Garcilaso Morris y el sexo en sus variadas manifestaciones. También la complejidad de la vida en una ciudad cosmopolita donde casi todo es posible. 
- Hay, ¡cómo no! un tanto de crítica y/o denuncia en la transformación del comercio Español expresada magistralmente en la evolución de la lavandería industrial de Benjamín, y la transformación a locutorio-supermercado-peluquería de Magaly el aggiornamento de Teresa y el inmovilismo del hospital Padre Leduc. Vamos: un pack completo
 
- ¡Ah! y un mensaje contradictorio:

La gente que compra libros es tonta, consumista y acaparadora.
 
- Posiblemente quiera reflejar una realidad social, o el deseo de cultura gratis para todos. No sé, aparentemente no tiene cabida en un autor con premios y publicaciones. Claro que también se tilda a sí mismo de sosaina en varias ocasiones.
 
- Como dejándolo caer, desde el comienzo de la novela hay un tenue pero muy claro y hábil nexo de unión con la obra anterior: la compra de dos libros dedicados por el autor (¡Vaya sosada de dedicatorias!) como regalo de Navidad. Por más que pienso, alcanzado el tercio de la novela no encuentro más relación que la de dos libros envueltos en papel de regalo -se supone.
 
- Pero… en que estoy pensando, más me vale centrarme en Polifemo y Galatea de Góngora que es el trabajo del próximo día, y dejar por el momento a Benjamín leyendo Inquietud.
 

miércoles, 2 de marzo de 2011

Rayuela y La ciudad del Gran Rey



Oscar Esquivias en su novela introduce -podría pensarse que- aleatoriamente, en función de determinados estados de ánimo o por acción de las musas rebeldes de su creatividad, micro relatos o pequeñas historias entre las que he intentado buscar conexión consigo mismas o con el relato con resultado nulo.

La Inquietud que durante la lectura de La ciudad del Gran Rey se acomodó en este lector ha sido similar a la vivida con Rayuela de Julio Cortázar.
Los relatos dentro del relato, en ocasiones con referencias a lo hasta ahora leído de la trilogía y en otras con “apariencia” de improvisación, se pueden leer saltando de capítulo en capítulo al modo de Rayuela o de la poesía objetual de Raimond Queneau, que permite al receptor componer a su gusto el poema.

No tengo argumento -ni conocimientos- para relacionar las obras de Esquivias y Cortázar, es repito, una percepción que me lleva a comenzada la lectura de Viene la noche, terminarla y si es preciso releerla antes de formarme opinión alguna.

Si la trilogía pretendía sorprender o provocar al lector, con el que esto escribe, lo ha conseguido plenamente.