Lo sé. No hay una
relación clara entre la novela El lector de Julio Verne y el disco de Hevia.
¿Qué aporta este a aquella?...
frescura, diría yo.
Frescura a un episodio -otro más- que sale de la prolífica
túrmix de una guerra olvidable. En cualquier caso el título es sugerente, sí
aporta algo.
Parto del principio de
que en una guerra, fundamentalmente hay víctimas. Víctimas entre los que
combaten y los que no, víctimas situadas
a ambos lados de la línea divisoria, y víctimas muy alejadas e incluso
ajenas al conflicto y sus causas.
Madres, padres e hijos
que, en muchos casos por azar, se han visto situados “al otro lado”, en el menos
afín a sus ideas y en consecuencia corren el riesgo de ser: “el enemigo”.
Madres, padres e hijos,
que por determinada situación económica o familiar no por convicción, forman
parte de un sistema situado “al otro lado” y en consecuencia se convierten en "administradores de la verdad".
Unos y otros, han sido y
serán víctimas. En uno u otro lado habrá gente ruin. Es obvio.
Si pudiéramos cambiar posiciones… ¿Cuál sería el resultado?
Posiblemente el
mismo: todos víctimas.