Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

jueves, 4 de octubre de 2012

Víctimas del miedo. El lector de Julio Verne



…. Todos víctimas. Víctimas del miedo.

En circunstancias normales, dar cobijo a un amigo, conseguir comida a un hijo o coger moras en la trasera del huerto del alcalde, son hechos normales  -obligado en los dos primeros casos, diría yo. Pero… en tiempos de guerra, peor aún, de posguerra, cuando  se han perfilado ya dos bandos, el miedo todo lo cambia. Lo normal, ya no es normal.

Por miedo, a pesar del hambre, las moras siguen en la zarza, hasta que el  alcalde escoja las más granadas.

Por miedo a sus mandos, dispara el subordinado a sabiendas de que la víctima es inocente. Por miedo a su mirada, lo hace por la espalda.

El odio se auto alimenta del miedo, se convierte en un remolino que, inexorablemente engulle cuanto tiene a su alcance.

Un conflicto  sólo es interminable si “vencedores” -se gana la batalla, no la guerra- y vencidos, quieren que así sea.

La valentía consiste en superar el miedo como tantas veces recordó Doña Concha en Romance de  valentía.