Transmite: Radio España
independiente, estación pirenaica.
En contra de lo que es frecuente, recuerdo
la letra, pero no la sintonía. ¡O no la había! Radio nacional sí la tenía, con
ella se iniciaba “el parte”, así llamaba padre al noticiario de los años 50 que
sí se podía oír, es más, se oía; no todos los vecinos tenían radio. Se podía
pagar a plazos, cada entrega se apuntaba en una cartilla hasta que acababas.
¡Ahora ya es nuestra! dijo madre un día mostrando la cartilla completa.
Era clandestina, lo sabía
porque padre por las noches, antes de la cena nos mandaba callar a todos también
a madre. Ponía la radio muy baja y sentado en la mesa pegaba el oído al aparato
que sobre un estante presidía la cocina. Un día le oí decir a mi tío: Radio
España independiente es clandestina, emite desde Moscú, ¡ten cuidado!, pero
padre, cada noche volvía a sentarse en la mesa.
Otro día, mi tío que
sabía mucho dijo algo de la Pasionaria y que “La Pirenaica” cambiaba de
frecuencia para evitar interferencias del gobierno. Los ruidos –decía padre.
Tardé un tiempo en comprender
todo, pero nunca dije nada. Ni a Blas, mi mejor amigo.