Campos de Baeza
Don Antonio Machado, afincado ya en Baeza,
quiere recrear el paisaje andaluz, como hizo con el soriano, pero los días
felices en compañía de Leonor se lo impiden.
Así ocurre en, Caminos:
“..y grises olivares
por los alegres campos de Baeza..”
Mas no puede olvidar:
“..los mustios olmos de la carretera..”
Ni dejar de sentir:
“¡Ay, ya no puedo caminar con ella!”
Y del mismo modo, En estos campos de la tierra mía:
"Y extranjero en los campos de mi tierra
-yo tuve patria donde corre el Duero…”
O en, Otro viaje:
“Ya en los campos de Jaén
amanece…”
Pero el recuerdo presiona:
“Y recuerdo otro viaje
Hacia las tierras del Duero…”
Y el sentimiento lo persigue:
“¡Y alegría
de un viajar en compañía!..”
Estos versos dan fe de un bloqueo creativo provocado por los
sentimientos que don Antonio rompe con otra poesía de tono social, de
preocupación y clara denuncia por la España frívola, fanfarrona y
superficialmente piadosa que veía. Estamos ante otro Machado cuando leemos:
- Del pasado efímero.
- Llanto de las virtudes y coplas por la muerte de don Guido.
- El mañana efímero.
- Una España joven…
Es una experiencia comparativa que a este
lector le ha parecido interesante y se
atreve a recomendar.
Proverbios y cantares encierra una serie de
pensamientos políticos y filosóficos entre los que se encuentran los
archiconocidos:
Nunca perseguí la gloria…, Caminante…, Todo pasa…
De Proverbios y cantares escogeremos el XXX como cierre de
estas lecturas:
El que espera desespera,
dice la voz popular.
¡Qué verdad tan verdadera!
La verdad es lo que es,
y sigue siendo verdad
aunque se piense al revés.
Castilla
permanece como lugar soñado de quien ya no está,