Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

sábado, 19 de abril de 2014

Breve eternidad. Los candados del amor


La frase: “Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre” (Mateo 19,4-6) ha quedado para la historia. En parques y paseos, testigos de tantas promesas como especies los adornan, acacias, hayas, chopos…, soportaron tiempo atrás con obligada condescendencia que  el  entusiasmo de aceros enamorados  tallara corazones heridos  en su epidermis. Práctica esta que, como la anterior, avanza por el camino del recuerdo. Hoy lo que impera, para mantener la leyenda amorosa y certificar la breve eternidad del amor es el candado.

La nueva leyenda, que nace gracias a la  novela: Tengo ganas de ti  (Ho voglia di te) de Federico Moccia (2006) dice que si una pareja fija un candado a la farola del puente y arroja la llave al agua, su Amor, será eterno.
La cita de Mateo es, eso, una cita. La voluntad rubricada a punta de navaja, queda difuminada por la naturaleza con el paso de los años. El candado (los hay de acero templado) es más consistente, pero a juzgar por los datos recogidos tampoco parece la solución.

Según las estadísticas, España es junto a Bélgica. La nación con mayor tasa de ruptura/nupcialidad. Se rompe un matrimonio cada 3,7 minutos, lo que supone 389 fracasos de pareja diarios. Alguna de nuestras comunidades presenta casos singulares: se rompen cinco matrimonios por cada cuatro nuevas uniones.

Las autoridades de Roma erradicaron la costumbre de perpetuar el amor enlazando candados en el Puente Milvio iniciada con la novela,  suponemos que por razones estéticas o de seguridad. No en función de las estadísticas.

Es: un suponer


6 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Ay, Paco, cuántos candados he evitado poner para no sobrecargar las estructuras de los puentes...

Abejita de la Vega dijo...

El amor tiene candados, después todos a bucear.

Buen domingo de resurrección

Unknown dijo...

¿Y si el candado es de combinación? recordarán los dos la clave o tendrán la precaución de hacer que se hunda en algún profundo lugar de sus mentes.
Un saludo desde Cádiz

Myriam dijo...

Un amor que necesita atarse con un candado es un amor que necesita poseer, por lo tanto NO ES AMOR!!!!
Horror me causan esos candados...

Besos

pancho dijo...

Es una moda que ha tenido un éxito inusitado entre tanto adolescente ávido de sellar el enamoramiento en un amor perpetuo, con lo larga que es la eternidad... Yo como estoy chapado a la antigua, me gustaba más la herida con forma de corazón diminuto en la quietud del árbol.
Un abrazo.

Unknown dijo...

Más de uno se habrá lanzado a frías aguas del desamor buscando la llave que nunca debió lanzar.
Un abrazo