Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

jueves, 26 de marzo de 2015

La libertad y el mal. El héroe discreto: Mario Vargas Llosa


La tarde era como otra cualquiera de un invierno no excesivamente severo  y densos nubarrones predisponían a la melancolía acelerando el atardecer. Caminaba paralelo al cauce del río de vuelta a casa, era el itinerario habitualmente utilizado cuando de dar cancha al pensamiento se trataba en busca de inspiración. El profesor de lengua propuso un tema libre para fin de mes y las musas –como en la canción- venían burlándose de él hasta que un conductor de los que comparten su música con los transeúntes le dio a través de los bafles de su carro la pista: el grupo Jarcha, pasado de decibelios convencía al personal de que la libertad ha de conseguirse sin ira. Ya tenía tema: Libertad.

Un avión low cost  de Germanwings se había estrellado días atrás en Seyne-les Alpes al sur de Francia con 150 pasajeros y hoy la sombra del atentado se cierne sobre el suceso. Los primeros indicios llevan a la participación del copiloto tras comprobar que bloqueó la puerta al comandante. Si así fuera, ¿es eso la libertad? El hombre a diferencia de otros seres vivos está dotado de libertad, es dueño de sus acciones y en consecuencia con capacidad para obrar bien y mal, ambos términos de compleja interpretación en función de las diferentes creencias humanas, basta pensar en Nigeria y  Boko Haram. ¿Qué es el bien? ¿Qué es el mal? ¿El bien es divino y el mal humano producto de esa libertad? La libertad es mala. O no la usamos debidamente. Esta es la cuestión.

Mientras todas estas preguntas asaltaban a Fonchito atropelladamente, en su interior, daba gracias a que el conductor-inspiración llevara a Jarcha en su reproductor en lugar de uno de esos “chunda-chunda” tan resultones.

    - Haré un borrador tan pronto llegue a casa, seguro que el profesor Vargas Llosa, si lo desarrollo bien me dará buena nota –pensó.

El héroe discreto cuya carga de culebrón (copio a Vargas Llosa) y de novela policíaca con tintes de humor es indudable, tiene momentos verdaderamente profundos. 

jueves, 19 de marzo de 2015

Narrar desde dentro. El héroe discreto: Mario Vargas Llosa


Los escritores hispanoamericanos que comienzan a publicar en los años cuarenta manifiestan ya una profunda revolución literaria en la narrativa totalmente distanciada de la tendencia exotista inicial. Fruto de esta revolución renovadora es  el realismo mágico que supone la búsqueda de la propia realidad a través del mito y la historia para trasvasar esa unidad cultural americana al mundo narrando desde dentro, desde su propia identidad. El héroe discreto cumple la función de narrar “desde dentro” la circunstancia de una ciudad del norte del Perú (Piura), que bien pudieran ser otra, sirviéndose de Félicito e Ismael para representar a sus habitantes.

Felícito e Ismael prototipos de clases sociales diferentes en origen y en planteamientos, me llevan a pensar si Vargas Llosa no estará estableciendo en cierto modo una comparación entre aquella imagen del “buen salvaje” que Colón, no muchos años antes reflejaba en su Diario:

Ellos no traen armas ni las cognocen porque les amostré espadas y las tomaban por el filo, y se cortaban con ignorancia […] Ellos deben ser buenos vevidores y de buen ingenio, que veo que muy presto dicen todo lo que les decía… (Jueves 11 de octubre de 1492).

y los razonamientos del sargento Lituma de El héroe discreto ante la denuncia de un chantaje:

Cuando Piura era una ciudad pobre, estas cosas no pasaban. ¿A quién se le iba a ocurrir entonces pedirle cupos a un comerciante? Ahora como hay plata…

Entiendo que El héroe discreto alejada ya del boom y el realismo mágico aun con su juventud reafirma la realidad de la América de hoy añadiendo algunas cuestiones que el lector debe, según su criterio, responder: ¿La solución a los problemas de los pueblos está en la política? ¿En la economía? ¿En el comportamiento y valores de cada uno de nosotros?  ¿Es el progreso la causa de nuestros males?

Al margen de convicciones sociales (o tal vez convenciones) El héroe discreto tiene a mi juicio cierto tono ejemplarizante presentando la vida misma a través de héroes discretos. Todo sazonado con  “lindo” vocabulario que nos sitúa en el Perú de Vargas Llosa.

  • Guayabera: Camisa masculina con mangas cortas o largas, adornadas
  • Colerón: Padecimiento rabia enojo
  • Cremolada: Especie de granizado de fruta (mango etc.) leche condensada limón y hielo.
  • Cachaco.- Hombre joven, elegante y atento. Coloquialmente lechuguino, petimetre, en Perú agente de policía.
  • Yanacón: Indio que es arrendatario de la tierra que cultiva.
  • Chicha: bebida alcohólica derivadas de la fermentación no destilada del maíz y otros cereales originarios de América.
  • Chichería: el establecimiento (bar) donde se sirve esta bebida.

jueves, 5 de marzo de 2015

El luto. Entre visillos. Carmen Martín Gaite

Los acontecimientos reales, salvo excepciones, son vividos por varias personas; si los acontecimientos son sociales la simultaneidad es incuestionable. El luto externo de los años cincuenta de carga emotiva bastante discutible  por lo usual y repetido alcanzaba valor de costumbre impuesta estimada de muy diferente manera en función de: la edad, la formación cultural, o la pertenencia a grupos sociales abiertos o cerrados.

Entre visillos publicada cuando el realismo social estaba en pleno auge, no es una novela social, pero sí refleja con intención de crítica algunos usos y costumbres imperantes en la época. Uno de ellos es el luto.

Carmen Martín Gaite presenta el luto bajo varios puntos de vista. El de Lucía, viuda del director de un instituto de provincia de convicciones liberales dominada por el provincianismo, inmersa en una  preocupación por las apariencias llena de artificiosidad que intenta transmitir e imponer a sus hijos, especialmente a su hija (por ser mujer) un luto duro y tradicional en tiempo: “Elvira se levantó a echar las persianas y se acordó de que estaría por lo menos año y medio sin ir al cine”. Y forma: “Con las medias grises, la primera película. A eso se llamaba el alivio de luto”.

El mismo tema  visto desde la perspectiva de Elvira, hija del director fallecido, lo presenta bajo el inconformismo propio de un talante abierto, joven y actual al margen de convencionalismos: “Le dijo Yoni a Elvira que si la veían acompañada de dos hombres que no eran Emilio  en pleno luto la iban a criticar.
       -Que digan misa –exclamó ella con voz alegre…”.

Veamos la posible percepción del luto  a través de los ojos un niño -observador externo- de los años cincuenta.

Las abuelas, por el hecho de serlo, tenían que ir de negro y con pañuelo, sería inconcebible para él una abuela con bata de flores y sombrero a la cabeza como traían las extranjeras que bajaban del autobús a la puerta del restaurante de la plaza. Las madres –su madre- deberían de irse preparando porque ya eran mayores y así, cada cierto tiempo, cuando alguien de la familia se moría, mandaban teñir la ropa (alguna) y durante un tiempo iban de negro. Luego se ponían una blusa con flores blancas y negras, pero eso era durante poco tiempo porque enseguida se moría otro y volvían a sacar la falda y la chaqueta teñidas.

Los padres eran distintos se ponían una tira negra en la manga de la chaqueta y la gabardina y ¡ya está!, pero durante mucho tiempo ponían la radio muy bajita.

Por eso, y porque eran mayores, no jugaban con el niño y a veces lo reñían.


Todos los caminos pueden llevar a Entre visillos.