Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

miércoles, 28 de octubre de 2015

LA CEGUERA DEL ENTENDIMIENTO. El casamiento engañoso, Novelas ejemplares, Miguel de Cervantes.


Con El casamiento engañoso y El coloquio de los perros se cierran Las novelas ejemplares. Entendido que no son dos novelas, sino una, pienso en dos consideraciones, una: en cualquiera de los casos es necesario leer la primera para entender la segunda; dos: tal vez deban considerarse las Novelas ejemplares como un todo, como los tentáculos de un pulpo, todos pertenecientes a un mismo organismo y cada uno con su función, tal es mi impresión. Tras la relectura y contrariamente a lo que en principio pensaba el paso por todas las novelas proporcionó mejor acercamiento y mayor profundidad a las particularidades de cada una.
       -Lo sé. Siempre me voy por las ramas y en consecuencia intentaré ceñirme a lo que aparece en el título.
El casamiento engañoso desarrolla el tema del burlador burlado con cuestión final y sirve de introducción a una parodia picaresca El coloquio de los perros, novela dentro de otra novela en la que al igual que El lazarillo, Berganza sirve a muchos amos  nos descubre sus vidas y…
   -Vuelvo -¿inconscientemente?- a las ramas del árbol, bajemos y hablemos del Casamiento que es lo que toca.
Como si de un pez se tratara, a Campuzano le pierde la boca, el abuso del lenguaje. Lo que oye a Estefanía, es lo que quiere oír y Cervantes nos lo presenta con claridad meridiana: “sin dejar ver el rostro más de aquello que concedía la raridad del manto”. Es decir, no le deja ver toda la verdad. La ceguera del entendimiento nubla de tal modo al Alférez que no ve el peligro anunciado: “Pecadora he sido y aún ahora lo soy", consecuencia de lo cual hubo de pagar con veinte días de sudores una hora de satisfacción. Y así lo encuentra el licenciado Peralta, maltrecho y apenas curado de la sífilis adquirida con doña Estefanía.
Ciego estaba y ciego lo mantiene Cervantes proporcionando nuevas señas al lector. Campuzano no es capaz de verse a sí mismo en don Lope cuando Estefanía le engaña con la verdad “Quería hacer [doña Clementa] burla de aquel don Lope”. Ceguera, orgullo o egoísmo, todo, junto o separado en el burlador burlado viene a ser el tema de la novela.

Decíamos que El casamiento contiene una cuestión. ¿Cómo dar la necesaria verosimilitud para introducir el Coloquio? Toda esta trama sirve a Cervantes para que Campuzano tomando como base las argucias, artimañas e historias de su esposa e iluminado por alucinaciones mientras cura las bubas imagine y desarrolle la particularísima historia “que excede en todo a la razón” de dos perros, Cipión y Berganza dotados del don del habla “como si fueran capaces de razón”. El licenciado Peralta acepta “por ser escrito y notado del buen ingenio del señor Alférez, ya le juzgo por bueno” de buen grado el manuscrito onírico que le ofrece Campuzano. Disfrutará el licenciado de la narración no por real, sino por la forma de contarla.
Mediante este artificio Cipión y Berganza, los perros de Mahudes dan comienzo a su coloquio.

viernes, 23 de octubre de 2015

LOCURA DE CUERDOS O CORDURA DE LOCOS. El licenciado Vidriera, Novelas ejemplares, Miguel de Cervantes

[...] y en el pajar se enterraba hasta la garganta


Pío Baroja empezaba así su artículo La literatura y la historia:

Los escritores suponen que conocen su país si conocen su literatura; los políticos tienden a enterarse de las condiciones de un pueblo por la Historia, y ¡por qué Historia! Ninguno de los sistemas es exacto, pero está más cerca de la realidad la de los escritores que la de los políticos.

La literatura es ficción, refleja situaciones y modos de vida que acercan a la  idiosincrasia de un colectivo sin necesidad de exactitudes de las que también carece la historia en la que lo habitual –afirma Baroja- es que los historiadores se copien unos a otros sin aludir a la procedencia.

Entiendo interesante el punto de vista de Baroja para, objetivamente, interpretar al personaje en El licenciado Vidriera y recordar la habilidad y espíritu crítico de Cervantes para sacar a la luz, bajo el trampantojo de novela de entretenimiento, injusticias y engaños. Ayuda también recordar cómo en el Renacimiento se rompieron los conceptos y jerarquías de la Edad Media con el desarrollo de las ciencias, la economía, las actividades mercantiles y la aparición de un capitalismo incipiente. El hombre liberado entonces de fuerzas sobrenaturales y espirituales a seguir, se encontraba perdido y sin normas a las que obedecer. En este contexto encontramos a Tomás Rodaja alienado por un bebedizo.

Lector que me sufres: estarás preguntándote  a que viene esto de  relacionar a un loco con las ciencias, el inicio del capitalismo las fuerzas sobrenaturales... Tal vez sea contagio, tal vez otra alucinación. Por extrañas influencias asocio la locura del protagonista con el impacto que supuso la irrupción de una sociedad nueva, con instituciones nuevas  en la que cada uno busca conseguir su beneficio al margen de los demás. ¿Pudiera Tomás Rodaja simbolizar el enfrentamiento con un mundo extraño y ajeno en el que lo que parece auténtico es mera apariencia? Tal vez sí.  Él, vidrio frágil y trasparente frente a un mundo opaco y duro se angustia, pasa de individuo auténtico a individuo inadaptado; y el magisterio de Cervantes nos hace reflexionar con humor sobre esta premisa a través de una mirada burlona con propósito de ejemplaridad.

La mirada del loco Vidriera es totalmente cuerda, genera comentarios saturados de enseñanza y salpicados de ironía con los que analiza la clase media y baja de la sociedad española: médicos, boticarios jueces, banqueros, criadas, pasteleros, casas de mancebía, arrieros, etc., con alusión -curiosa y deliberada, supongo- apenas superficial a la nobleza y el clero. A todos estos componentes de una sociedad alienada, denuncia por el uso partidista de su profesión buscando fama o riqueza. Los poetas merecen tratamiento aparte: los buenos alabados, los malos denostados: “de los malos, de los churrulleros, ¿qué se ha de decir sino que son la idiotez y la arrogancia del mundo?”.

Si aún estas ahí, lector amigo, habrás notado que estos comentarios míos comienzan allende la escena del membrillo -fruta que ahora está en sazón- la culpa es de mi tardía incorporación a la lectura de grupo. Aquella primera parte ha quedado suficientemente comentada por los lectores del Club y… ¡por qué no! Me atrajo sobremanera la conclusión de la historia.

Curado del filtro amoroso  Tomás Rodaja quiere ejercer su profesión y recuperar el tiempo perdido con resultado negativo. La sociedad, alienada, se presta a disfrutar de las ocurrencias de la locura pero no a comprender la verdadera dimensión de los desvaríos del presunto loco. Algunos captaron su mensaje la mayoría se reía; ni unos ni otros le prestan su apoyo cuando pretende con el mismo o mayor ingenio ganarse la vida: “Por las cosas que dicen que dije cuando loco, podéis considerar las que diré y haré cuando cuerdo”.

Tomás Rueda resulta atropellado por el licenciado Vidriera. El perturbado ve la alienación de la sociedad; esta se resiste a aceptar al cuerdo. Derrotado vuelve a Flandes logrando por las armas lo que la vida le negó por las letras: “dejando fama en su muerte de prudente y valentísimo soldado”.

Allá por noviembre del 2010 escribíamos para El Alfoz:

Alonso Quijano se transformó en don Quijote de la Mancha y éste nuevamente en Alonso Quijano. Don Quijote según mi opinión representa un ideal, una utopía. Lo irreal permanece, y muere Alonso Quijano el Bueno.

Un país se conoce mejor a través de su literatura.

Imagen: Flickr



miércoles, 21 de octubre de 2015

EN RED DESDE EL SENO MATERNO


No diré que me ha sorprendido.

Vivimos tiempos nuevos, y con esta verdad de Perogrullo quiero referirme  a este tiempo tecnológico de desarrollo continuo en el que los  acontecimientos se transmiten  por “la red” prácticamente en tiempo real.

7:30 AM, café con leche, tostadas (2), recojo mis bártulos sin olvidar el Smartphone, bus repleto –tengo que hacer un artículo para Literatura y Periodismo- voy sobrado de hora, la lucecita azul parpadea: es un WhastApp. No me ha sorprendido, tal vez sí apenado y empujado a la reflexión recibir la ecografía enviada por una alborozada pareja cercana: “Te mando la primera fotografía de nuestra hija”.

¿Por qué he de extrañarme que si  los niños, tan pronto adquieren capacidad visual,   si ya están en la red desde el seno materno,  se resistan a tomar el “bibe” de refuerzo si papá no pone los Cantajuegos en su Smartphone; que alcanzados los tres años, lo educacionalmente correcto sea que se familiaricen con la consola, para que a los cinco manejen la tablet con soltura y a los siete tengan  la necesidad vital e imperiosa de un móvil con tarifa plana?

Hoy un niño mientras toma el pecho está ya recibiendo estímulos e imágenes televisivas en ocasiones violentas que, sin propósito pero con insistencia, se van grabando en su cerebro. Formación suplementaria; inconsciente si se quiere, pero formación al fin de contenido no controlado.  Esto sin hablar de la publicidad. No hay grupo social que, especialmente en fechas señaladas, reciba más presión publicitaria televisiva –muchas veces engañosa- que el infantil. No es este un alegato contra las nuevas tecnologías. No. Sí, una llamada de atención a la propia conciencia.

Ordenadores tablets y smarthones, son necesarios, imprescindibles, pero no debemos dejar a un medio mecánico, por muy técnico y sofisticado que sea la formación infantil. Es obvio que el binomio niño – pantalla dará como fruto tranquilidad en el entorno familiar abrumado por el trabajo; novedosos conocimientos; asombro de familiares y orgullo de padres y abuelos. No lo es menos que aun cuando elijamos para la consola juegos estimulantes la relación humana, se verá resentida.

La televisión anula el diálogo en las comidas, el WhatsApp se cuela en nuestras reuniones, Facebook divulga a nuestro pesar imágenes de un evento en el que sólo pretendíamos participar. La tecnología que forma ya parte de nuestra vida, debe estar presente en la escuela y en la vida como herramienta no como fin, la educación en suma debe dejarse a los educadores humanos.


A fuer de ser sincero no me sorprende, pero me confunde.

sábado, 17 de octubre de 2015

Cumpleaños con Alicia en el País de las Maravillas


Representación  de 'Alicia en el País de las Maravillas', en Londres hacia 1900. / CORBI

Alicia, junto a Sombrero Loco, el Lirón y la Liebre de Marzo, celebraban durante 364 días la fiesta del “No Cumpleaños”. A mediados del siglo XIX un profesor de matemáticas de Oxford contaba, como tantas otras veces,  partiendo de comentarios y sugerencias de las niñas una historia para entretener a las hijas del decano. Una de ellas se llamaba Alicia y ese día le correspondía ser la protagonista del cuento que el reverendo Dodgson improvisaba. De esta forma y circunstancias nace Alicia en el País de las Maravillas.

No todos los días se cumplen años ni todos los cumpleaños son iguales. El Alfoz cumple hoy seis años obligado por circunstancias a no cumplir con la periodicidad habitual de publicaciones. Alicia tardó en comprender el sentido del "No Cumpleaños", El Alfoz todavía no ha asimilado la "No Publicación" y sin tarta ni piñata celebra el día recordando y agradeciendo a sus seguidores la fidelidad y cariño  que durante estos seis años le han dispensado con  desinterés.


¡¡¡GRACIAS, AMIGOS!!! 

domingo, 4 de octubre de 2015

Diego Fernández Magdaleno. Viernes 2 de octubre


El tiempo, consumido por circunstancias adversas era el culpable. ¡Algo habría de serlo! Llegaba justo, casi tarde, a la cita colectiva del Club con el autor de El tiempo incinerado. Había leído el libro, no como todos porque tampoco era como todos [Diario.2004], porque un diario encaja en el contexto de su propio día, porque en comunión total con el autor quedaba con más dudas de las que traía, porque… El encuentro con Diego Fernández Magdaleno sorprende -más que el piano de cola en el centro del escenario- por su sinceridad desgarradora, por una cercanía insospechable:

No sé por qué lo hago, no sé por qué me leen, necesito escribir, necesito interpretar y que cuando lo hago me escuchen…
- 
Con El tiempo incinerado nos regaló un trozo de su vida; con su presencia se disiparon muchas de las dudas con que arribé a la sala, con el torrente sonoro de su interpretación (¿Suite en varios tonos?) sobrecogido a veces, me acerco a la música contemporánea. ¡Todo un lujo!

Amigo Diego: ¿puedo llamarte amigo? Hasta el viernes 2 de octubre yo era de Chopin, Liszt, Mozart, Beethoven, y sigo siendo. A partir de ahora el abanico será de doble faz. Sobre la mesa espera Razón y desencanto.

¡¡¡ Gracias ¡!!


La entrada, a tono con [Diario.2004] quiso titularse Viernes 2 de octubre. La realidad virtual en que nos manejamos aconseja lógica en la búsqueda.