A
veces, algunas veces, al lector le surge la duda. ¿Media vida es una novela?; ¿son dos?
‘Desocupado
lector’: hasta la cena (incluida esta) has podido participar de la vida, milagros, vivencias personales, sociales conyugales…, de unas niñas de los años
50, que venidas a mujer, se reencuentran tras treinta años de separación. También,
a su reivindicación como mujeres, al conflicto moral y al perdón.
Con la
tormenta –lluvia incluida– la reaparición de Julia, aparición de
Ramona, el chofer, el accidente salvador que destruye comprometedoras cartas y –valga la expresión– la anagnórisis de Vicentín propenso a los deleites
carnales, la novela parece desdoblarse en otra más.
Pero no es asi, Care
Santos no dio ayer la clave: ella empieza a escribir «in extremis», desde un
final pactado consigo misma. En su esquema por tanto estaba antes de: «- ¡Entra
de una vez o empezaremos sin ti!», la figura del hermano lascivo en el Instituto Mental de la Santa Cruz.
Media vida es una novela de mujeres en la que los valores éticos se oponen al egoísmo la fuerza de la costumbre y la
apariencia. En ella, el diálogo lo es todo.
¡Gracias
Care!