Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

miércoles, 4 de mayo de 2016

CORTEJO O ACOSO. Cicatriz, de Sara Mesa


Dos personajes dispares llegan a complementarse en la distante cercanía de internet y los SMS.  Una vida monótona y sin alicientes primero, y la curiosidad después son el origen de un juego cortejo-acoso, tome cada cual lo que prefiera, hecho novela por la pluma (o portátil) de Sara Mesa en Cicatriz. La cronología, deliberadamente desordenada para lograr el propósito narrativo es importante. La novela comienza “in media res” con el único encuentro real entre los protagonistas que sorprende por su erotismo de EGB:

“Luego con rapidez, se quita su camiseta y se pone la que él acaba de darle. Tarda tan  solo unos instantes, lo suficiente como para que él, otee su torso desnudo, el sofisticado sujetador de encaje negro.
Mueve un poco la mano hacia su cuerpo, sin llegar a rozarla.
[…]
¿Por debajo llevas también algo mío? Ella afirma con un movimiento de cabeza y baja unos centímetros la cinturilla de la falda hasta que puede verse el filo de una blonda de color perla por encima del pubis”.
Es suficiente, dice él. Gracias, añade”.

Desde los primeros párrafos tenemos la clave de la historia. Una atracción obsesiva, enfermiza, infantil, perfeccionista. Algo así como erotismo fantástico, sin sexo, entre Sonia y Knut[1], los dos protagonistas.
La narración progresa en un  continuo juego de anticipar acontecimientos, de crear espacios para rellenarlos más tarde.
Una novela que pide de ser releída.





[1] Seudónimo en Internet.
Knut Hamsun, escritor noruego vio muy mermada fama por su apoyo al régimen nazi. Su obra le valió el premio Nobel de Literatura en 1920 y está considerada una de las más influyentes en la novela del siglo XX.

4 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Excelente, Paco.
Precisamente el desorden es la condición narradora. Con él aumenta la incertidumbre del lector.

Abejita de la Vega dijo...

El primer capítulo, el de la camiseta, va tomando sentido a medida que vamos leyendo esta historia de soledad en los tiempos mas comunicados. Doble vida, culpa, manipulación, consumismo, insatisfacción, morbo...soledad sobre todo.

¡Extraño cortejo! ¡Buena entrada!

Besos, Paco.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, Paco Cuesta:

Seguiré -con mucho interés- vuestras aportaciones a la lectura semanal de 'Cicatriz', en 'La acequia', así como los comentarios.
La fotografía que has elegido me llevó a preparar una entrada en mi blog.

Abrazos.

matrioska_verde dijo...

Buenos días, Paco.
Pues estoy terminando ya de leer Cicatriz y me dispongo a leer los comentarios que habéis hecho del libro.
Me queda nada para terminar, 30 páginas, pero quiero ir empezando con vuestros comentarios.
Lo que ya te digo es que la novela me desquicia bastante. Es que me entran unas ganas de coger a los personajes y zarandearlos que... grrrrrr.

biquiños,
y gracias por las aportaciones porque quedan ahí para futuros lectores (como yo ahora).